Los platillos son uno de los dos elementos principales que marcan el sonido de una batería. Mediante los diferentes tipos de platillos como crash, china, splash u otros platillos de efectos se logra crear acentos, mientras que el charles y el platillo ride sirven generalmente para marcar el pulso. Los platillos se producen de diferentes maneras, por un lado hay platillos completamente hechos a máquina, pero por otro lado también hay platillos que se hacen exclusivamente de forma artesanal. Tambien existen todo tipo de formas mixtas, como se da el caso en los platillos que se fabrican por procesos mecanizados, pero que en una fase posterior se martillan a mano.
Debido a que los platillos están hechos de un material muy especial cuya composición se podría agrietar al primer impacto, se requiere un gran conocimiento para ensamblar y procesar estas aleaciones de tal manera que los platillos sean duraderos y puedan también asumir impactos durante un periodo de tiempo muy largo.
Las diferencias de sonido también pueden ocurrir dentro del mismo tipo de platillo: cada platillo es, casi siempre, un poco diferente en cuanto a sonido. Las variaciones pueden ser mayores con platillos completamente hechos a mano que con platillos hechos a máquina. Esto supone una ventaja a la hora de poder obtener un platillo individual con características de sonido únicas e irrepetibles. Sin embargo, todos los fabricantes se aseguran de que dentro de una serie de platillos siempre se mantenga una cierta coherencia en cuanto a características de sonido. Generalmente, las diferencias suelen ser en estos casos de matices poco llamativos. Si se prueban los platillos de la serie Custom de Zildjian, por ejemplo, se notarán finas diferencias en el sonido que subrayan su carácter individual. Sin embargo, todos los platillos de esta serie suenan “como una sola pieza".
Muchos fabricantes ofrecen sus platillos como sets de platillos bien equilibrados, en los que no sólo todos los platillos encajan, sino que también ofrecen una pequeña ventaja de precio. Siempre se incluyen un par de platillos charles y un platillo ride, que normalmente se complementan con uno, y hasta dos platillos de diferente tipo para ofrecer mayor variedad a la hora de tocar. Los diámetros estándar son catorce pulgadas para el charles, 20 pulgadas para el ride y 16 y/o 18 pulgadas para los platillos crash. Evidentemente que también hay sets con otros tamaños.
El tamaño más común es de catorce pulgadas, pero también hay charles más grandes y más pequeños. Para evitar que los dos platillos charles se peguen entre sí, el platillo inferior charles debe estar ligeramente biselado utilizando el ajustador de ángulo del propio soporte del charles, de modo que el aire pueda escapar hacia un lado y no se produzca ningún vacío que pueda mantener los dos platillos juntos. Algunos fabricantes tienen una solución diferente para esto, proporcionando a la parte inferior del platillo un borde ondulado o simplemente taladrando unos pocos agujeros.
El platillo ride sirve, al igual que el charles, para marcar el pulso, como suele ser en el caso en géneros musicales como el jazz. Los diámetros estándar de los platillos ride son de 20 o 22 pulgadas, y a veces de 21 hasta 24, dependiendo del carácter acústico que se busque. Los platillos más grandes no sólo son más pesados, sino que también suenan, en general, más profundos. Una parte importante es la parte superior del platillo llamada campana, usada generalmente para marcar acentos. Este sonido es muy fácil de producir en la mayoría de los platillos de ride y suele tener un sustain mas largo que en la mayoría de otras clases de platillos. En el caso de que se quiera prescindir de ese sonido y se busque un sonido de ride mas lleno, como suele sonar cuando se toca en el borde del platillo, existen una variedad de platillos ride planos, sin campana. La mayoría de los platillos ride suelen producir un sonido "ping" claro incluso cuando se tocan muy fuerte. En el caso de que se busque un ride mas ruidoso, mas cercano al crash, es recomendable buscar uno más fino o optar por un platillo híbrido como serían los platillos crash/ride.
Los platillos crash sirven generalmente para marcar acentos, con un diámetro entre 16 y 18 pulgadas, pero también disponibles en cualquier tamaño entre trece y 20 pulgadas. Cuanto más delgados son los platillos tipo crash, más rápido responden y menos dinámica se necesita para obtener el sonido pleno del platillo. Los platillos más gruesos necesitan más fuerza para desarrollar su sonido completo. A cambio, producen más agudos que pueden oírse a través de una mezcla de una canción sin problemas. En las salas de ensayo, estudios o clubs más pequeños, es recomendable utilizar un crash menor, pero en grandes eventos los platillos crash más grandes y más gruesos suelen tener también más cuerpo en términos de sonido.
Los platillos tipo china suelen tener un borde biselado y, a menudo, una parte superior en forma angular. Debido a su forma peculiar, el platillo china se cuelga boca abajo. En principio, proporcionan acentos de choque que suenan muy potentes, cortos y, en el caso de la mayoría de platillos, muy ruidosos. Los platillos splash son en realidad platillos tipo crash con un diámetro de doce pulgadas o menos. Suelen ser muy delgados y ofrecen un sonido de crash con un ataque y una caida rápida. Con los platillos de efecto se pueden crear sonidos realmente inusuales. El Spiral Trash de Zildjian, por ejemplo, que parece que ha sido cortado con un abrelatas, produce sonidos muy extraños. Los platillos de efecto suelen estar provistos de agujeros y ranuras para crear un sonido determinado. Aquí también se pueden encontrar platillos de campana, que en realidad sólo consisten en la parte superior de un un platillo ride, o gongs, que deben ser tocados con un mazo con punta de goma o de fieltro. Para lograr un sonido de efecto simple sin platillos especiales, también se puede intentar colocar un splash directamente encima de un crash. Los platillos de percusión que también se pueden tocar a mano se encuentran en la categoría Percusión.