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Un altavoz pasivo es un tipo de altavoz que no dispone de alimentación propia ni de amplificador integrado. Para funcionar, debe conectarse a un amplificador externo. En otras palabras, no se puede conectar directamente a una fuente de audio como un smartphone o un ordenador: necesita un amplificador que refuerce la señal y la envíe al altavoz.
Los altavoces pasivos son habituales en sistemas de cine en casa y en instalaciones de sonido profesionales. Destacan por su flexibilidad, ya que permiten combinar distintos amplificadores y cajas para lograr la calidad de sonido deseada. Además, suelen ser más duraderos, porque en caso de avería normalmente basta con sustituir el amplificador y no todo el altavoz. La desventaja es que resultan menos portátiles que los modelos activos, ya que siempre requieren un amplificador externo.
Los altavoces pasivos y activos ofrecen características y ventajas distintas según la aplicación. La diferencia principal está en la amplificación: los pasivos no incorporan amplificador y necesitan un modelo externo. Esto ofrece más libertad de elección, pero también implica una instalación más compleja con cables adicionales. Suelen ser más ligeros, aunque el sistema global es menos práctico de mover.
Los altavoces activos, en cambio, incluyen un amplificador interno y pueden conectarse directamente a una fuente de audio. La instalación es más sencilla – basta con un cable de corriente y una entrada de señal. Son algo más pesados, pero más cómodos de transportar porque no necesitan equipos adicionales. Son muy populares entre DJs móviles, eventos y usuarios que buscan soluciones plug-and-play.
En resumen, la elección entre pasivos o activos depende de tus necesidades, el nivel de flexibilidad que busques y el tipo de aplicación. Los pasivos son preferidos en instalaciones profesionales, mientras que los activos destacan por su facilidad de uso y portabilidad.
Los altavoces pasivos son ideales para:
Son especialmente adecuados cuando se necesita calidad de sonido personalizada, control preciso y flexibilidad en la integración del sistema.
Los altavoces pasivos requieren un cable de altavoz bipolar específico para conectarse a un amplificador externo. Este cableado es fundamental porque el altavoz y el amplificador son dispositivos separados. Los conectores más comunes son Speaker-Twist o jack de 6,3 mm (cable de altavoz, no de instrumento).
Elegir el cable adecuado garantiza una óptima calidad de sonido y un funcionamiento fiable del sistema.